CRITERIOS PARA LA ADMISIÓN EN LA FAMIGLIA SALESIANA

Presentación

  1. Premisas

1.1. La Sociedad Salesiana en la Familia Salesiana

La particular experiencia evangélica que surge en la Iglesia con la figura de Don Bosco ha incorporado, ya desde el inicio, grupos de vida consagrada, religiosa o laical, y otras varias asociaciones católicas. Son grupos que han encontrado su referente básico en Don Bosco, en su particular lectura del Evangelio y en el estilo de su misión apostólica. Son los grupos que conforman la Familia Salesiana.

Las Constituciones de los Salesianos explican el origen de la Familia Salesiana y la particular responsabilidad que tiene la Congregación salesiana en ella:

“De Don Bosco deriva un vasto movimiento de personas que, de diferentes formas trabajan por la salvación de la juventud.

Personalmente, además de la Sociedad de San Francisco de Sales, fundó el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora y la Asociación de los Salesianos Cooperadores que viviendo el mismo espíritu y en comunión entre sí, continúan con vocaciones específicas y diferentes, la misión que él inició. Junto con estos grupos, y otros nacidos posteriormente, formamos la familia Salesiana.

En ella tenemos, por voluntad del Fundador, responsabilidades peculiares: mantener la unidad de espíritu y estimular el diálogo y la colaboración fraterna para un enriquecimiento recíproco y una mayor fecundidad apostólica”.[1]

1.2. 40 años de vida de familia

El CGE (1972) permitió conocer mejor, renovar y extender por el mundo la experiencia original de vida evangélica que nos legó Don Bosco -su carisma y su espíritu-, plasmada en los grupos por él fundados.

Desde entonces y hasta la presentación de la Carta de Identidad de la Familia Salesiana (2012), se ha desarrollado de forma extraordinaria “el estilo familiar característico de Don Bosco, elemento de unidad de la Familia Salesiana y nota típica de su apostolado”[2], en aquellos grupos y en otros muchos que reconocen en él al Patriarca común de su espíritu y misión.

La renovación promovida por el Concilio Vaticano II ha desarrollado la conciencia de pertenecer a una única Familia espiritual y apostólica. “Con estupor reconocemos, en efecto, que la semilla inicial ha crecido hasta convertirse en un árbol frondoso”.[3]

1.3. La Carta de Identidad de la Familia Salesiana

Tras un largo proceso de reflexión y de convergencia, dicha carta describe la identidad carismática de la Familia Salesiana. Hace referencia a la misión, al espíritu, a las relaciones, a la formación, a los métodos de educación, a la evangelización en que se definen cada uno de sus grupos y el conjunto del Movimiento salesiano.[4] Entre otros elementos, en ella se subraya:

  • La iniciativa del Espíritu de Dios y la materna mediación de María en la configuración del corazón de Don Bosco que, a semejanza del Buen Pastor, vive apasionado únicamente por Dios y por los jóvenes más necesitados.[5]

– El sentido de Iglesia expresado en su particular adhesión al Sucesor de Pedro, en la comunión con las Iglesias locales y en su original aportación apostólica a la pastoral juvenil y popular y al apostolado misionero.[6]

  • El humanismo cristiano que valoriza “todo lo positivo radicado en la vida de las personas, en las realidades creadas y en los acontecimientos de la historia.”[7]
  • La vivencia del Sistema Preventivo que caracteriza la espiritualidad y la acción educativo-pastoral de los diversos grupos y de cada uno de sus miembros.[8]
  • La iniciativa y la creatividad, siendo dóciles al Espíritu, en los nuevos contextos culturales y religiosos donde las necesidades de los jóvenes y del pueblo son más acuciantes.[9]
  • La espiritualidad de lo cotidiano donde se vive la esperanza en Dios Padre, se descubre a Cristo encarnado, se siente la inspiración del Espíritu, se hace presente a la Iglesia, y donde el amor mueve a preferir a los jóvenes pobres y a entregarse a ellos con cariño, alegría y optimismo.[10]
  • La oración apostólica que de la acción lleva a Dios y desde Dios reconduce a la acción, nutrida por la meditación de la Palabra, la vivencia de los Sacramentos y la devoción a María, maestra y modelo de los grupos y miembros de la Familia Salesiana.[11]
  • La persona del Rector Mayor, reconocido como “sucesor de Don Bosco, Padre común, centro de unidad de toda la Familia”[12] , con quien se siente una especial vinculación como “Sucesor de Don Bosco”.[13]
  • La comunión y unidad, dentro de la diversidad, en la que cada grupo vive la identidad de la Familia Salesiana de modo que sin los otros no pueden ser ellos mismos. Esta comunión lleva a la colaboración en la misión, a la corresponsabilidad apostólica, a la formación compartida y a una metodología de colaboración, en el respeto a la autonomía y originalidad de cada grupo.[14]

La Carta de Identidad constituye, desde el momento en que fue presentada (2012), la referencia fundamental para esta expresión institucional de la comunión interior, carismática y espiritual que llamamos Familia Salesiana de Don Bosco[15], para cada uno de los grupos que la componen y para aquellos que deseen pedir oficialmente el reconocimiento del Rector Mayor.

  1. Criterios esenciales para ser reconocidos oficialmente en la Familia Salesiana

“La Familia Salesiana, que se configura como un gran Movimiento para la salvación de los jóvenes y se manifiesta en diversidad de formas para el apostolado en las misiones, en los ambientes populares, en la comunicación social y en el cuidado de las vocaciones, está abierta a otros Grupos que pidan oficialmente el reconocimiento del Rector Mayor”.[16]

Los principales criterios de discernimiento se indican en la Carta de Identidad[17]. El objeto del presente documento es explicitarlos de modo que los indicadores que se apuntan puedan constituir una guía para el discernimiento de los grupos que desean incorporarse en un futuro a este movimiento eclesial de la Familia Salesiana.

2.1. La participación en la vocación salesiana

A los grupos que se encaminan hacia su incorporación a la Familia Salesiana se les pide que verifiquen hasta qué punto aspectos relevantes de la identidad vocacional del grupo se inspiran en la experiencia humana y carismática de Don Bosco.

Se trata de verificar ¿en qué aspectos relevantes ha inspirado la identidad y vitalidad del grupo la experiencia humana y carismática de Don Bosco? O ¿en qué sentido Don Bosco ha sido y sigue siendo una referencia esencial para el grupo?

Por ejemplo:

  • En su espiritualidad apostólica.
  • En su sentido de Iglesia.
  • En su pasión por Dios y por los jóvenes más pobres.
  • En la formación cristiana del pueblo.
  • En el humanismo de su sistema preventivo.
  • En su devoción a Maria.

2.2. La participación en la misión juvenil y popular salesiana

Se trata de verificar la presencia de elementos típicos de la misión salesiana entre los fines específicos del grupo, aunque éstos sean vividos y expresados en formas y modos particulares, como por ejemplo:

  • La sensibilidad por la situación de los jóvenes más pobres y abandonados.
  • La opción por la evangelización de los jóvenes y del pueblo.
  • La educación integral y la promoción humana de jóvenes y adultos.
  • La apuesta por la evangelización “ad gentes.
  • La comunicación social.
  • La formación de agentes de pastoral y el cuidado de las vocaciones.
  • El cultivo de la espiritualidad juvenil y apostólica.

2.3. La comunión con el espíritu, el método educativo y el estilo misionero salesiano.

Se trata de verificar la sintonía y comunión del grupo con el patrimonio espiritual y pedagógico de Don Bosco, como por ejemplo:

  • Con su experiencia de Dios Amor, vivo y presente entre los hombres, centro unificador de la existencia, fuente de comunión e inspirador de la propia acción.
  • Con su conciencia de seguir a Cristo Buen Pastor y de ser enviado a enseñar, sanar y salvar movido por la urgencia del Reino.
  • Con su docilidad al Espíritu que forma en él, con la intervención materna de María, un corazón capaz de una entrega total y lo guía en todas sus empresas en favor de la salvación de la juventud.
  • Con la pedagogía, metodología y espiritualidad del Sistema Preventivo.
  • Con la relectura de las intuiciones y experiencias de Don Bosco a la luz de la eclesiología del Concilio Vaticano II y del Magisterio de la Iglesia.

2.4. La vida evangélica según el espíritu salesiano

Se trata de verificar el espíritu salesiano del estilo de vida evangélica del grupo, como camino hacia la santidad. Por ejemplo:

  • En la vivencia de las Bienaventuranzas (todos) y de los consejos evangélicos (los consagrados).
  • En el estilo de oración personal y comunitaria.
  • En el estilo de relaciones humanas en el interior del grupo.
  • En el estilo de acción apostólica y de presencia en el mundo.
  • En el estilo de comunión y de colaboración con los otros grupos de la Familia Salesiana y de la iglesia local.

2.5. Una fraternidad activa en la Familia Salesiana y en la Iglesia

Se trata de verificar el modo como cada grupo se une y trabaja en sintonía y sinergia con los otros grupos de la Familia salesiana, así como su sintonía y sinergia con la Iglesia, ya sea en los ámbitos locales de la obra o parroquia, en la inspectoría y en las diócesis, como por ejemplo:

  • La experiencia verificable y consolidada de relación y de colaboración del grupo con otros grupos de la Familia Salesiana en ámbitos locales y/o inspectoriales.
  • La participación regular del grupo en los organismos de coordinación que correspondan según identidad o misión, ya sean del ámbito de la Familia Salesiana local y/o inspectorial, o de la Iglesia local y/o diocesana.
  • La participación habitual de los miembros del grupo en los encuentros celebrativos, festivos, formativos o de otro tipo de la Familia Salesiana que se organicen.

2.6. Una consistencia numérica y cualitativa reconocida y suficientemente consolidada

Se trata de verificar, además, de forma global, la consistencia del grupo en la actualidad y en una prudente perspectiva de futuro, por ejemplo según los siguientes indicadores:

  • Una descripción de la evolución histórica del grupo en la que se interrelacionen los razones fundacionales, las etapas seguidas, las metas alcanzadas y el momento actual con el número y características de las personas que se han sentido llamadas a adherirse a él y los espacios geográficos en los que se ha desarrollado.
  • Una valoración escrita suficientemente detallada de los PP. Inspectores en cuyos territorios se desarrolla la vida y acción del grupo solicitante.
  • El reconocimiento oficial del Obispo del lugar como asociación o movimiento católico si ya se producido así como una valoración escrita por su parte de los Obispos en cuyas diócesis se desarrolla la vida y la acción del grupo.

En el caso de grupos de consistencia menor, de carácter local, se les podrá indicar que se integren en la Consulta Inspectorial como paso previo a que en un futuro de mayor consistencia, puedan hacerlo oficialmente en la Consulta Mundial.

  1. Procedimiento a seguir

Las solicitudes para el reconocimiento oficial de un grupo como miembro de la Familia Salesiana deben dirigirse al Rector Mayor de la Congregación Salesiana, acompañadas de los siguientes documentos:

  • Escrito de solicitud del máximo Responsable del Grupo solicitante.
  • Extracto del Acta del máximo órgano de gobierno del Grupo en la que decide solicitar la pertenencia a la Familia Salesiana, acompañado de un escrito en el que se resuma el proceso de discernimiento realizado: motivos de la petición, elementos del carisma o misión del grupo que se corresponden con el carisma salesiano, beneficios que se esperan, compromisos que se derivan, capacidad de gestión, autonomía económica …
  • Una Memoria de la trayectoria histórica del grupo: origen, misión, desarrollo, etapas, metas alcanzadas, personas adheridas, perspectiva de futuro… también desde el punto de vista formativo y económico.
  • Los principales documentos oficiales del Grupo, como: Constituciones, Estatutos, Reglamento interior, Proyecto de vida y de acción, Resoluciones de las asambleas generales recientes, Proyecto de formación… según corresponda.
  • El documento de derecho diocesano con el que se ha reconocido el Grupo, caso que así haya sido; y una valoración por parte de los Obispos de las diócesis donde se desarrolla la vida y la acción del grupo.
  • Una valoración escrita suficientemente detallada por parte de los PP. Inspectores salesianos en cuyos territorios se desarrolla la vida y la acción del grupo.

Roma, ……………………… de 2016

[1] Constituciones SDB art.5

[2] CGE, 165

[3] Carta de la Identidad Carismática de la Familia de Don Bosco art. 2

[4] Cf. Carta de la Identidad Carismática de la Familia Salesiana Presentación

[5] Cf. Carta de la Identidad Carismática de la Familia Salesiana art. 1

[6] Cf. Carta de la Identidad Carismática de la Familia Salesiana arts. 6,17

[7] Carta de la Identidad Carismática de la Familia Salesiana art. 7

[8] Cf. Carta de la Identidad Carismática de la Familia Salesiana arts. 17, 30, 32, 33.

[9] Cf. Carta de la Identidad Carismática de la Familia Salesiana arts. 9, 18, 35

[10] Cf. Carta de la Identidad Carismática de la Familia Salesiana arts. 23, 24, 25, 26, 27, 32, 33

[11] Cf. Carta de la Identidad Carismática de la Familia Salesiana arts. 11, 36 37

[12] Carta de la Identidad Carismática de la Familia Salesiana art.13

[13] Ibidem, art. 45

[14] Cf. Carta de la Identidad Carismática de la Familia Salesiana arts. 4, 8, 10, 19, 20, 21, 39, 41

[15] Cf. Carta de la Identidad Carismática de la Familia Salesiana art.4

[16] Carta de la Identidad Carismática de la Familia Salesiana art.44

[17] Carta de la Identidad Carismática de la Familia Salesiana, art. 44